jueves, 21 de octubre de 2010

MEM 1

Al Padre Todopoderoso ...


         He nacido niña, en un país cristiano, aunque no católico. Con esta declaración quiero dejar claro que es un país donde la educación principal era y es protestante, pero al fin y al cabo cristiano. En grosso modo eran Los Diez Mandamientos las reglas de seguir en la vida. Además se hizo hincapié en la obediencia y el respeto a ”los sabios”, las personas mayores y a la figura del padre en la familia.

         El primer padre –el todo poderoso- ya con su fuerza , sabiduría y convicción , había convencido al pobre José, que sin comerlo ni beberlo, ni siquiera mojarlo, iba a ser padre.  Era realmente impresionante la grandeza del padre de todos los mortales.  Además la futura madre se quedaba como una pecadora adúltera,  no se había enterado de nada de  nada, pero se tenía que conformar.  Como este gran padre de todos,  hasta dejó escrituras sagradas escritas,  para guiar a sus fieles feligreses como vivir hasta nuestros días y para los siglos de los siglos, había  que creer en aquello,  y así lo hizo la niña.
 El muy señor padre mío, también merecía todo mi respeto y admiración. Sin embargo dudaba un poco,  en esto de- la obediencia-.  A mi no iban a poder liarme con eso de “su espíritu” que se metía por todos los sitios, sin pedir permiso.  Seguro que era uno de esos que había inundado a mi pobre madre Tyyne , su José fue a otro paraíso con su vara mágica.  Juro que de jovencita intentaba con todas mis fuerzas, no perder la virginidad, ni de mi alma ni de mi cuerpo.  Hasta tal punto que llevé unas bragas bajo del bañador, cuando me bañaba en el mar, por si acaso, se acercaba algún besugo, con espíritu maligno,   había que estar prevenida.
         La semilla de la desconfianza en el –padre- estaba sin embargo sembrada.  Recuerdo a aquel joven, estudiante de teología por ejemplo. A mi madre, el futuro cura, la llenaba de ilusión.  Soñaba con ver a su niña “vivaracha y preguntona”, casada y serena con el futuro cura.  Lo que ella no podía imaginarse era que,  al teólogo le crecían  los tentáculos por todas las partes mas insospechosas.  Yo no podía seguir estudiando hasta tarde,  ni siquiera con la bendición de mi madre con un pulpo así. - Ya no me podía confiar ni en un amigo-.  Lo que realmente no podía entender ,  era que el muy “curita” decía que yo tenía la culpa.  Pero culpa de que?  Culpa de ser una niña jovencita, alegre y bonita, todavía sin saber de las maldades de los pulpos y sus intenciones.  Para mi era un amigo traidor, venía de teólogo y se transformaba en tentáculos que me ahogaban. Tal vez era un – espíritu de esos -.

         Ay padre mío,  dicen que todos somos hijos tuyos,  o yo como niña , una costilla de algún hijo tuyo,  claro con tantos hijos lo tienes difícil tener todo bajo control.  Intento entender, intento creer,  que no tienes tiempo para todos,  pero por favor un poco mas organización en tu propia casa antes de condenar lo que pasa en la casa de los demás. Pensando en el futuro,  te propongo que empiezas este siglo,  a poner firmes a tus curas desviados  pederastas,  y de paso das unos tirones bien fuertes a tus hijos varones.  Especialmente a aquellos que son irresponsables padres,  y no quieren o no saben ser padres. Todos no son tan buena gente como tal José sabes. 
         Lo mío es realmente preocupante, a mi padre poderoso, aquel espiritual, no puedo ni verle ni tocarle ni sentirle o tal vez si, a través de mi conciencia.  Así que se queda mas o menos en un imaginación, igual que mi padre mortal, todo una figura me parece. El se hizo invisible, así que tampoco a el he podido verle, tocarle o amarle. Tal vez soy su conciencia, quien sabe, me consuelo con esto. Crecer sin una figura de padre para una niña deja huellas imborrables.  A quien recurrir en busca de consuelo, respuestas y amor? 

Padre, que crimen hiciste,

nunca me reconociste ,
“ la bastarda” me llamaron
los dos maridos  que me amaron.

Aún con corazón madura
de aquella Tu “alta traición” ,
hay en mi alma la ranura ,
no cumpliste “tu misión”

         A los 63 años conseguí por fin ver una fotografía de mi padre, de joven claro. Parece  que falleció cuando yo tenía unos 5 añitos.  Era un momento muy emotivo, era como verme a mi misma, como hombre pero igualito. Aquella fotografía la llevaba días, entre la camiseta y mi piel cerca de mi corazón,  me sentía feliz. Por fin tenía un padre, y lo contaba a todo el mundo, por supuesto era difícil entender mi alegría. Me hacía tanta falta, me daba cuenta que no habían sido los reproches comprensibles, ni odio a veces que me habían carcomido toda mi vida sin el, sino el amor hacía el no correspondido. Como podía yo sentir tanto amor, después de tanta ignorancia de su parte?  Me convencí por mi propio bien, que por parecerme tanto a el,  por lo menos de vista, me hubiera querido sí me hubiera conocido, o tal vez no?.........el cuento sigue ..con padres –maridos y sus poderes…..adquiridos por la sociedad. Sigue, sigue y seguirá toda mi vida.....padre donde estas??  


Sí has llegado hasta aquí,te puedo contar que esto es mi manera de contar mi vida y los momentos y vivencias más destacados. En esta fotografía tengo 4 meses , recien "adoptada" por una viuda con hijos propios ya mayores. Ella me encontró en un anuncio en el periódico.....poco a poco .. os vaís a entender porqué soy como soy.....somos un producto de nuestro ayer.

Tres cosas escenciales para ser feliz; tener algo que hacer, algo que amar y algo que esperar.

(con ayuda de uno de esos hijos -Juanjo- que en la realidad no son mios, he conseguido por fin INSERTAR foto y texto guardado ) Gracias Juanjo.

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